Noche de Paz, Noche de Amor

   Por: Albita Sanana

Una tradición entre los católicos es conmemorar el nacimiento del hijo de Dios hecho hombre, que aunque no se sabe con certeza la fecha real, se suele celebrar la noche del 24 de diciembre (víspera del nacimiento). Se hace una cena especial con platos típicos de la época, dependiendo de cada país o región, donde predomina la abundancia, simbolizando la que Jesús nos trajo con su nacimiento. Esa es la esencia, reunirse la familia junto a la mesa, desde la más pobre a la más rica, con sentido de conciliación y abrir el corazón al amor del prójimo.

Foto:Albita Santana

  Ya es una fiesta de todos, independientemente de si son católicos o no, salvo algunas congregaciones religiosas que no la celebran. Entonces, ya va perdiendo su verdadera naturaleza, porque mucha gente la dedica a cometer excesos varios, mientras los comerciantes la aprovechan para beneficiarse.

  Dentro de los excesos que se cometen, entran los gastos superfluos, que se reflejan en su economía a lo largo del año entrante, especialmente a los que menos tienen; Las ingestas desmedidas de comidas con sazones y calidades diferentes, que siempre “pasan su factura” a la salud; Y la que más me preocupa, el alto consumo de bebidas alcohólicas.

  En nuestro país el decreto 308-06 prohíbe vender alcohol después las doce de la noche (domingo a jueves)  y de las dos de la madrugada (viernes y sábado), con el propósito de  disminuir la delincuencia, aunque agregaría que también ayuda a que la gente no esté embriagada en las calles a tan altas horas.

Para estas fiestas navideñas, desde el 20 de este mes hasta al 8 de enero, nuestro Ministerio de  Interior y Policía ha levantado esa la restricción.

  Es bueno recordar que el consumo excesivo de alcohol causa pérdida del equilibrio, inhibe gradualmente las funciones cerebrales, altera el control motor y se reacciona más lento ante cualquier eventualidad, trayendo como consecuencia, entre otras, un alto índice de intoxicación, gran cantidad de accidentes automovilísticos y peleas innecesarias, que en su mayoría llevan a la muerte y la desgracia.

  Una vez más, les sugiero comedimiento y control, para que mañana sea una Noche de Paz y de Amor en todas las familias, que es mi deseo para todos los lectores.