PAGANDO SUS ERRORES

Por: JUAN T H Sin duda alguna Miguel Vargas Maldonado tiene que estar muy arrepentido de las acciones que lo llevaron a convertirse en presidente designado del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), porque sus simpatías a lo interno de la organización política tienen que estar hoy muy disminuidas. Las encuestas de hoy no lo mostraran con el 100% de aceptación que les daban las muestras anteriores. Tomar al PRD casi por la fuerza, imponiendo candidatos en todo el territorio nacional, lo han coloca en una posición en extremo difícil, pues las bases del partido le dieron un duro golpe en las principales plazas del país. El círculo de poder que rodea a Miguel Vargas perdió las elecciones internas, como en Azua, la provincia de Santo Domingo, Santiago, Elías Piña y su cruce, zonas importantes de la capital, etc., lo cual significa que muchos no cogieron línea, que decidieron votar por los candidatos de sus simpatías, no por los candidatos del presidente del partido. Nadie cuestiona ya el triunfo de Guido Gómez Mazara como secretario general del PRD, ni de Tony Peña Guaba como secretario de organización; todos saben que el plebiscito fue un fracaso, que la gente no votó por los vicepresidentes, ni por los subsecretarios generales. Todo el mundo sabe que “el vaciado” les sumó miles de votos a los candidatos del clan de Vargas Maldonado. En definitiva la Convención fue un fiasco. Hubo de todo. No solo fraude y engaño. Las pruebas son abrumadoras. Con ellas se puede llenar el Palacio de los Deportes. Suponiendo que un 40% votó en contra de Miguel Vargas y su gente, ello constituye un duro revés para alguien que estaba diciendo todos los días en los medios de comunicación que era el líder absoluto del PRD. Por otro lado, los acuerdos de Miguel Vargas con el presidente de la República a espaldas del PRD y sus organismos no sólo eran para prohibir la reelección presidencial. Esos acuerdos, como se ha demostrado, iban mucho más allá. Gracias a esos acuerdos de letrina, como los he llamado, los dominicanos y dominicanas han perdido parte de sus derechos ciudadanos fundamentales que habían sido conquistados con mucho esfuerzo y sacrificio. La Constituyente que en principio aprobó el PRD, incluyendo al “nuevo PRD”, se redujo a dos personas. Dos hombres decidieron, a partir de sus intereses muy particulares, por todos los habitantes de la nación. Dos hombres sustituyeron a diez millones. ¡Vaya democracia! Ha quedado demostrado que el “el Nuevo PRD” está dirigido por un grupo de hombres que no tiene capaces de cualquier cosa en aras de proteger y defender sus intereses económicos. La nueva Constitución no es más que la repartición del poder económico y político en áreas de influencias particulares del presidente de la República y del presidente designado del PRD. Esa nueva Constitución no representa a la mayoría de los dominicanos y dominicanas. Esa es una Constitución elitista, conservadora, que lleva al país al siglo pasado; una Constitución que más temprano que tarde tendrá que ser elaborada nuevamente, pero mediante una verdadera Constituyente donde el pueblo se de la Constitución que necesita y que merece, no la Constitución de Leonel Fernández y Miguel Vargas están aprobando. Miguel Vargas ha tirado por la borda sus aspiraciones a la presidencia de la República. Como van las cosas es casi imposible “avanzar en el 10 para ganar en el 12”. Todo parece indicar que el PLD mantendrá la mayoría en el Congreso, a menos que el PRD cambie el rumbo, cosa que parece imposible. Miguel Vargas está cavando su tumba política. Lo malo, lo peligroso, es que también está enterrando al PRD. Y eso sólo puede evitarlo en propio PRD, pero no el PRD de Miguel Vargas, sino el PRD de todos los perredeístas.