NO ME SAQUEN DEL PADRON
Por JUAN T H
Es un hecho irrebatible que Hipólito Mejía es el favorito para ganar la convención del PRD. Lo dicen las encuestas. Lo dice la gente. Lo dice el pueblo. La percepción en política es igual a dos más dos, cuatro. Revertir esa realidad es ya imposible. No importa el chantaje, ni la represión, el dinero y la compra de votos. Hipólito ganará la Convención. No hay fuerza humana que lo impida.
Cuando Hipólito decidió volver al ruedo político para buscar nuevamente la presidencia de la República elaboró, junto a los escasos seguidores de ese momento, un plan estratégico que ha ido cumpliendo paso por paso, sin desesperarse. Lo primero era ganar la mayoría que había perdido tras su salida del gobierno en el año 2004, pasando, de un 4% a más del 50%. No sería fácil, pero tampoco imposible. Con la política al mando, Hipólito fue creando una estructura propia a nivel nacional sin que sus adversarios lo notaran. Los llamados Comités Afectivos fueron la clave. En poco tiempo alrededor de 700 mil personas estaban empadronadas y matriculadas en el Proyecto República Dominicana (PRD), que le garantizaran la victoria en las urnas el día de la Convención. Los hechos se precipitaron tanto en el plano nacional como internacional, permitiendo un avance más vertiginoso de lo esperado por Hipólito. La crisis económica mundial sirvió para catapultarlo, pues los gobiernos de Estados Unidos y de Europa hicieron lo mismo que él hizo cuando enfrentó la crisis bancaria. En el plano interno Miguel Vargas inexplicablemente toma por asalto la dirección del PRD convirtiéndose en señor y dueño, atropellando y humillando a los dirigentes. Monta un fraude en las elecciones internas para evitar que Guido Gómez Mazara y Tony Peña se convirtieran en Secretario General y Secretario de Organización, respectivamente. Por otro lado, el Presidente Leonel Fernández hunde cada vez más el país con el narcotráfico, la corrupción, la inseguridad y la pobreza. Esos elementos contribuyen elevar la figura de Hipólito en menos tiempo del esperado. Es por eso que la consigna “¡Llegó Papá!” se convierte en un gripo de fe y de esperanza del pueblo.
Miguel Vargas se proclamó líder del PRD sin darse cuenta que los zapatos de Peña Gómez le quedaban muy grandes, que sus pies eran de barro y se derretirían con el agua. Cuando se dio cuenta que “la táctica se tragó la estrategia”, ya era demasiado tarde. Hipólito, como dice la gente, le comió los caramelos ganándose el favor de las mayorías.
Los Comités Afectivos están integrados por gente del PRD, de otros partidos, y por gente que perdió la fe y la confianza en el sistema de partido, por gente de clase media, pero sobre todo, gente pobre. Ellos han creado un ejército formidable que le darán la victoria a Hipólito y al PRD.
Esa es la gente que Miguel no quiere en el Padrón que él mismo propuso y aprobó. Miguel dijo que durante una jornada de varios días inscribió más de medio millón de nuevos simpatizantes de su candidatura. Hipólito no se opone a que ese medio millón vote. ¿Por qué Miguel se opone a que los 700 mil de Hipólito voten? ¿A qué le teme? ¿Será que los 700 mil de Hipólito son verdaderos y el medio millón de Miguel es puro bulto publicitario? ¡No lo sé! Pero me parece que hay gato entre macuto. Por ahí anda gente ofreciendo bonos de 500, 1000 y 2000 pesos para que no voten por Hipólito. Por ahí anda gente tratando de sacar del Padrón a todo el que huela a Hipólito. Por ahí anda gente dispuesta a usar la fuerza para evitar el voto masivo a favor de Hipólito. Por ahí andan alcaldes cancelando y amenazando a infelices porque simpatizan con Hipólito. Por ahí anda gente con los bolsillos llenos de dinero, cuya procedencia se ignora, para comprar conciencias. Por ahí anda gente haciendo diabluras.
La Comisión Organizadora de la Convención está en la obligación de garantizar unas elecciones limpias y transparentes. Tiene que detener a los halcones que andan amedrentando a la gente que simpatiza por Hipólito para que no acuda a votar.
El pacto de unidad y concordia entre los candidatos tiene que ir acompañado de acciones que lo validen y le den sentido. Hay quienes públicamente dicen una cosa, pero secretamente hacen otra. Para evitar que la sangre llegue al río la Comisión Organizadora de la Convención tiene que actuar sin contemplaciones contra quien haya que actuar, no importa como se llame ni la posición que ocupe dentro o fuera del PRD, para evitar males peores.
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