LO QUE HAY DETRÁS DEL CIRCO DE SOBEIDA
Por JUAN T H
Mientras andamos detrás de los glúteos de Sobeida Félix Morel, de la marca de su cartera, de su reloj, del perfume que usa, de su sonrisa fingida, de sus poses frente a las cámaras de televisión, el país vive una realidad que se torna cada vez más dramática por los niveles de pobreza y marginalidad que afecta a las mayorías.
El gobierno monta un espectáculo propio de la industria del cine norteamericano al estilo Hollywood alrededor de una mujer irreverente, sin más méritos que ser la amante ocasional de un capo, con una parafernalia militar y mediática fantástica. En medio de ese espectáculo, pretende meter por debajo de la mesa medidas impositivas que contribuirán a empobrecer más a los dominicanos.
Desde un principio las autoridades le dieron más importancia a Sobeida que a Figueroa Agosto. Por ella daban una recompensa de un millón de pesos. Por él, ni un centavo. Fue luego, ante lo obvio, que colocaron al supuesto narcotraficante. De nuevo se olvidan de Agosto, preso en Puerto Rico, a quien acusan de horrendos crímenes y delitos. Se conforman con Sobeida. (¿?)
Lo que no hacen las autoridades, ni harán, es decirle al país cómo rayos ambos salieron del país. Lo que no dirán es quiénes son los funcionarios civiles y militares cómplices de Agosto. Como tampoco dirán quiénes son los dueños de los mil 200 kilos de cocaína y los 15 millones de dólares del caso Paya; ni quiénes le permitieron once furgones llenos de cocaína al español Arturo del Tiempo Marqués dueño de la torre ATIEMAR que protegía celosamente un coronel de la Policía Nacional dueño de una financiera. Nada pasará, como nada pasó como Solano, aquel sujeto que el gobierno le otorgó cinco mil millones de dólares en obras grado a grado según la sentencia de la Suprema Corte de Justicia que autorizó su deportación por tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Del mismo modo que no hay un solo funcionario sometido a la justicia o preso por corrupción cuando este gobierno está considerado como el más corrupto de toda la historia.
Sobeida es un caso menor. Las esposas o amantes de los narcos no son más que eso. Pero el gobierno está interesado en convertirla en una figura de primer orden cuando sabe que no lo es. Ella es una mujer común y corriente con atributos físicos que nadie sabe si son o no son naturales, o fruto del bisturí.
Pero como es ya es su norma, el gobierno trata de jugar con la inteligencia de los demás. Se vale de un chivo expiatorio para montar un show amparándose en su gran poder sobre los medios de comunicación y los comunicadores, a los que controla casi en su totalidad.
Y mientras nos duerme entre los pechos y los glúteos de Sobeida, pretende ampliar la base impositiva con subterfugios y cuentos de camino. Por fortuna los técnicos del PRD y de un sector empresarial han advertido sobre las consecuencias que tendrán las medidas que el gobierno pretende imponer. Hipólito Mejía, Miguel Vargas y Luis Abinader, han expresado su rechazo total y absoluto. Las organizaciones populares, incluyendo al sector más progresista del PRD, están dispuestas a llamar al pueblo a tomar las calles para decirle no al gobierno.
El presidente Leonel Fernández ha gobernado sin oposición. Ha hecho y deshecho sin que nadie le oponga resistencia. Se ha burlado del país. Ha irrespetado y burlado la Constitución, ha corrompido todas las instituciones, no sólo públicas, sino privadas. Su gobierno no tiene un proyecto de país, sino un proyecto político y económico personal que arrastra a muchos civiles y militares de su entorno.
Al gobierno no le importa si Sobeida vive o muere, si es inocente o culpable. Ella no es más que un caramelo envenenado envuelto en papel ensangrentado para darle al pueblo otra puñalada con el aumento de los impuestos.
El gobierno necesita dinero porque el déficit lo está llevando virtualmente a la quiebra. Y quiere sacarlo de las costillas de un pueblo que no sabe distinguir entre un show de mal gusto y un acto de justicia verdadero.