Nutritivas: En nuestra alimentación diaria siempre debería estar presente la cebolla, dadas sus cualidades alimentarias como curativas. La cebolla es un alimento que aporta muy pocas calorías, una alta cantidad de fibras y proporciona bastante energía. Contiene gran cantidad de potasio, además de agua, glúcidos, lípidos, proteínas, calcio, magnesio, hierro, vitaminas C, E, B1 y B6, por lo que es un excelente alimento regulador del organismo. Debería comerse siempre cruda, sobre todo en ensaladas, pues al cocinarlas se destruyen sus componentes esenciales, pero se puede comer en caldos, ensaladas o mezclada con otras verduras. Si la introducimos dentro de agua con un poco de jugo de limón durante unos minutos, evita que pique, mientras conserva sus propiedades.
Flatulentas: (acumulación de gases intestinales) debido a algunos de sus componentes. Aunque no hay estudios que indiquen toxicidad en la cebolla, al comerla provoca un molesto olor en la boca que queda impregnado por varias horas, que aumenta si se come con limón y sal. Dejarla en maceración, durante la noche, con aceite de oliva, ayuda a que pierda acritud. Se debe evitar en casos de acidez estomacal.
Curativas: Sus antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados "radicales libres" que ocasionan a lo largo de la vida efectos negativos, como riesgo de alteraciones genéticas sobre células que se renuevan de manera continua (piel, intestino...), lo que puede ayudar a desarrollar cáncer, o reducir la función de las que no se renuevan (células del hígado...), propia del proceso de envejecimiento.
Estos antioxidantes previenen enfermedades cardiovasculares modificando el llamado colesterol malo, reduciendo el riesgo cardiovascular y cerebrovascular (arteriosclerosis, hipertensión, angina de pecho, hemorroides, perdida de audición, etc.).
La cebolla disuelve el ácido úrico (que causa la gota enfermedad de los riñones y las articulaciones); La roja, ayuda a prevenir la osteoporosis por su alto contenido del antioxidante Quercetina, que a su vez sirve para la debilidad capilar.
Estos bulbos son un antibiótico natural para infecciones como gripe, bronquitis, faringitis, ronquera, putrefacciones intestinales, diarrea, etc. Favorecen la digestión, estimulando el hígado, la vesícula y el páncreas.
Como Antiinflamatorios, mejoran el intestino en la enfermedad de Crohn o la intolerancia al gluten. Son muy efectivas para el sistema urinario y la próstata; Restringen las filtraciones de líquido seroso en los órganos, evitando la formación de edemas o hidropesía (acumulación de líquido intercelular o intersticial en los tejidos o en las cavidades del organismo. También controlan el acné, alergias, picaduras de insectos; Eliminan la comezón, quitan la caspa y las verrugas; Sirven para tratar inflamaciones de los ojos y vías respiratorias superiores. Y por último, a la cebolla atribuye ser un afrodisíaco para la falta de deseo sexual por impotencia, problemas de estrés, diabetes o lesiones en los nervios que intervienen con el flujo de sangre hacia el pene. Añadiendo unas semillas de comino y un poco de aceite de oliva a la ensalada de cebollas se incrementa ese "poder".
Origen y Variedades
El Allium cepa o cebolla es una planta herbácea bianual de la familia de las Alliaceas (plantas monocotiledóneas herbáceas, perennes, normalmente bulbosas, que se reconocen fácilmente por su olor característico). Aunque el origen de la cebolla no se sabe con exactitud, hay quienes afirman que viene de Asia Central, Asia Occidental o del norte de África. Lo que si se sabe es los egipcios la valoraban mucho. Los griegos y romanos las consumían porque había la creencia de que aumentaban la fuerza de sus soldados. Los romanos introdujeron el cultivo de la cebolla de bulbo grande en los demás países mediterráneos, y de estas surgieron las variedades modernas. Los primeros colonizadores la trajeron a nuestras tierras y fue añadida a la cocina junto a las demás hortalizas. Actualmente se cultiva en las zonas templadas de todo el mundo. Entre una y otra variedad, esta verdura se consigue todo el año en los mercados.
Las variedades de cebollas
Se pueden clasificar, por su consistencia:
Cómo Elegirlas y Conservarlas
Elija las cebollas que estén duras, firmes y con cuello corto; jamás las húmedas, con manchas o cuello muy blando, porque esto revela que están pasadas o todavía están muy tiernas. Para conservarlas en buenas condiciones y con todas sus cualidades organolépticas (sabor, textura, olor, color) y nutricionales, almacénelas en un lugar fresco y seco. Si le sobra un pedazo, guárdelo en la nevera, envuelta con un film plástico o en un recipiente de cierre hermético.
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