Sabor y Saber 4/ diciembre/ 2009
Por: Albita Santana
El Guanábano (Del taíno wanaban) es un árbol de la familia de las Anonáceas, originario del Caribe, Centro y Sudamérica, también conocido como árbol de Graviola, cuyo fruto es la guanábana (Annona muricata), que en algunos países la llaman graviola, anona y otros más. Es considerada la más tropical de las anonas, pues no resiste el frío.
El fruto es de forma acorazonada y muy grande, cubierto por una fina cáscara verde con púas suaves, pulpa blanca y jugosa de sabor agridulce, y sus semillas son negras.
Cuando esta madurase torna verde amarillento y se siente blanda. Aunque la pulpa se come directamente, también se usa para preparar, helados, dulces, licores y nuestra refrescante champola. Los frutos inmaduros se comen cocinados como verdura.
La guanábana aporta muchos beneficios al organismo por sus propiedades nutricionales ya que posee vitaminas, proteínas, grasas, minerales, carbohidratos, calcio y aminoácidos esenciales, muy importantes para la salud. Además contiene mucha agua, lo que significa un mínimo aporte de calorías.
Todas las partes del árbol de Guanábano o Graviola, se aprovechan para diferentes funciones que vienen de usos ancestrales y tradicionales. Al té de las hojas, la parte más utilizada, se le atribuyen propiedades antiespasmódicas, sedativas, vermicidas, antidiabéticas, vasodilatadoras y anti cancerígenas. Del zumo se dice que es bueno para dolencias del hígado y como diurético. Las semillas pulverizadas se usan como repelentes de insectos; La corteza como vermífugo y amebicida; Las flores para malestares respiratorios; Y las raíces como insecticida.
Hasta ahora las propiedades de la guanábana contra el cáncer eran poco conocidas, pero las muestras de investigación con los compuestos de este árbol, han demostrado que retarda el crecimiento y hasta destruye las células malignas de los tumores cancerígenos sin afectar las células sanas, siendo más poderoso que la quimioterapia sin producir sus terribles efectos. Hay quienes afirman que es de gran utilidad en todas las variantes del cáncer conocidas, especialmente el de colon, mamas, próstata, pulmón y otros.
En el 1976, en la Purdue University, de California, el Dr. Jerry McLaughlin descubrió en la guanábana las acetogeninas, unos poderosos anti cancerígenos. En el Instituto Nacional del Cáncer, se hicieron investigaciones, comprobando que son efectivos para el cáncer de colon y próstata. En el National Health Center, fueron usados para tratar cáncer gástrico, de riñones y mamas obteniendo resultados positivos. Y en la Facultad de Ciencias Medicas de la Universidad Católica de Corea del Sur, se compararon con el quimioterapico adriamicina, en tratamientos de cáncer de pulmón.
Las acetogeninas son derivados de la cadena de ácidos grasos con acción directa sobre las mitocondrias, el Aparato Reticular de Goldi (ATP) y de las membranas y plasmas celulares de las células cancerosas, destruyéndolas sin dañar las células y tejidos sanos.
También contienen Bullatacin, Betasitosterol, Sitosterol, Campesterol, Ácido Miristico, Ácido Esteárico, Stigmasterol, Aminoácidos, Vitaminas y Minerales que actúan a nivel Enzimático y Molecular.
Además de que protegen y elevan el sistema inmunológico, también se usan tradicionalmente para combatir los estados de ansiedad, depresión y nerviosismo.
Ya en el mercado se consiguen algunos productos como las capsulas Graviola Extract de 1800 mg, indicadas para la diabetes, cáncer, fiebre, parásitos, depresión y muchas otras enfermedades más.
Actualmente la propiedad antitumoral de la guanábana (graviola) ha sido patentada por lo menos por 9 Compañías extranjeras.
Estos productos NO han sido evaluados por la Food and Drug Administration (FDA), por tanto, siga consultando a su médico convencional aunque esté utilizando medicamentos naturales.
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